Hablando de desarrollo económico local, qué pasaría si a Buga le quitaran el Señor de los Milagros?.
Un interrogante que automáticamente nos pone a pensar a todos. Un buen tema para la próxima campaña política.
Nos despreocupamos del desarrollo económico local por simplemente resolver el día a día. Y la avalancha de la informalidad presiona las soluciones y deteriora todo. En muchos casos se habla de hambre; en la mayoría, de viveza de algunos y todo esto acentúa las tensiones sociales, promueve la indisciplina social e impide la implementación de un modelo en donde las oportunidades legales estén al alcance de todos.
Entonces, tenemos que dejar de pensar en "chiquito" y es urgente que propiciemos una fuerza centrípeta que nos permita pensar en grande y superar los límites geográficos del territorio, para buscar aliados estratégicos. La realidad es cambiante.
No podemos poner todos los huevos en un solo canasto. No más vean lo que nos está pasando con el mercado venezolano. Los gobernantes de nuestra frontera andan buscando por el mundo otros aliados estratégicos para suplir con urgencia las realidades actuales con el vecino país.
¿Qué tanto dependemos del Señor de los Milagros?. En todo. ¿Qué nos queda por mostrar distinto al Milagroso?
Entonces es el momento de metérsela toda, -con plata y con recursos-, a la venta de las otras potencialidades espectaculares que tiene Buga.
Aquí encerrados solo seguimos resolviendo los problemitas del día a día y se nos escaparía por entre los dedos la oportunidad de un futuro muy grande para la ciudad y la región, que muchos ya han reconocido.
Un interrogante que automáticamente nos pone a pensar a todos. Un buen tema para la próxima campaña política.
Nos despreocupamos del desarrollo económico local por simplemente resolver el día a día. Y la avalancha de la informalidad presiona las soluciones y deteriora todo. En muchos casos se habla de hambre; en la mayoría, de viveza de algunos y todo esto acentúa las tensiones sociales, promueve la indisciplina social e impide la implementación de un modelo en donde las oportunidades legales estén al alcance de todos.
Entonces, tenemos que dejar de pensar en "chiquito" y es urgente que propiciemos una fuerza centrípeta que nos permita pensar en grande y superar los límites geográficos del territorio, para buscar aliados estratégicos. La realidad es cambiante.
No podemos poner todos los huevos en un solo canasto. No más vean lo que nos está pasando con el mercado venezolano. Los gobernantes de nuestra frontera andan buscando por el mundo otros aliados estratégicos para suplir con urgencia las realidades actuales con el vecino país.
¿Qué tanto dependemos del Señor de los Milagros?. En todo. ¿Qué nos queda por mostrar distinto al Milagroso?
Entonces es el momento de metérsela toda, -con plata y con recursos-, a la venta de las otras potencialidades espectaculares que tiene Buga.
Aquí encerrados solo seguimos resolviendo los problemitas del día a día y se nos escaparía por entre los dedos la oportunidad de un futuro muy grande para la ciudad y la región, que muchos ya han reconocido.